🌱 De la curiosidad al asombro: niños y niñas de San Andrés miden, siembran y aprenden ciencia con un cedro cimarrón
- Ecoculture
- 11 sept
- 3 Min. de lectura
Acciones de movilizar la curiosidad científica en niños, niñas y adolescentes de la Isla de San Andrés
Vivimos una jornada inolvidable en EcoCulture, donde la naturaleza se convirtió en un aula abierta y los niños, niñas y adolescentes de la Isla de San Andrés se transformaron en científicos, guardianes y soñadores de un futuro sostenible.
En San Andrés Isla, lo que parecía una simple siembra de un árbol se convirtió en un laboratorio vivo de preguntas, hipótesis, fórmulas matemáticas y aprendizajes colectivos. Y todo giró alrededor de un protagonista muy especial: el cedro cimarrón (Cariniana doméstica), un árbol emblemático que representa la fuerza y la resiliencia del bosque tropical.
🌳 El encuentro con el cedro cimarrón
La jornada comenzó con la presentación del cedro cimarrón. Los facilitadores contaron su importancia ecológica:
Es una especie nativa amenazada que puede alcanzar hasta 40 metros de altura.
Sus raíces ayudan a proteger el suelo de la erosión.
Su copa frondosa ofrece refugio a aves y pequeños mamíferos.
Los niños no solo escuchaban; tocaban las hojas, olían la corteza y hacían preguntas:"¿De verdad puede crecer más alto que un edificio?""¿Cómo sabe uno qué tan alto es si no puede subirse hasta la copa?"
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📐 Ciencia con regla y Pitágoras en la mano
Aquí apareció la primera sorpresa del día. Con una cinta métrica y mucha curiosidad, los participantes aprendieron a medir el radio del tronco y luego, usando una fórmula geométrica basada en el teorema de Pitágoras, calcularon la altura estimada del árbol.
Se midió la distancia desde el observador hasta el tronco.
Con un palito en ángulo recto, los niños alinearon la visión hacia la copa.
Aplicaron la fórmula (a² + b² = c²) para sacar la altura.
La risa estallaba cuando los resultados daban más altos de lo esperado, pero pronto entendieron que las matemáticas no son abstractas: ¡sirven para descifrar la vida real!
🌱 Manos en la tierra: sembrar como un acto de esperanza
Después de la parte científica, llegó el momento más esperado: sembrar nuevos cedros cimarrones.
Cada niño tomó una semilla o plántula.
Prepararon el hoyo con palas pequeñas.
Cubrieron las raíces con tierra húmeda.
Le dieron un nombre al árbol que acababan de plantar.
Algunos lo bautizaron con el nombre de familiares, otros con el de superhéroes o de colores del mar. Fue un momento de conexión personal: cada árbol dejó de ser “una planta” para convertirse en un amigo que crecerá junto a ellos.
👧🏽👦🏿 Ciencia ciudadana y formación de capacidades
La jornada no terminó allí. En pequeños grupos, los adolescentes aprendieron a registrar datos básicos de biodiversidad:
Localización del árbol en un mapa comunitario.
Condiciones del suelo y humedad.
Observación de aves que merodeaban la zona.
De esta forma, se introdujeron en la lógica de la ciencia ciudadana: colectar datos útiles que, en conjunto, permiten monitorear la biodiversidad de la isla y apoyar decisiones para su conservación.
💚 Más que un taller: un pacto con la vida
Al final de la jornada, los niños compartieron en círculo lo que habían sentido:
“Me gustó que la matemática sirve para cuidar la naturaleza.”
“Quiero estudiar biología.”
“Yo voy a venir seguido a ver si mi árbol está creciendo.”
Para EcoCulture, estas palabras son el verdadero indicador de éxito: cuando la curiosidad científica se despierta y se conecta con la emoción de cuidar lo propio.
✨ Lo que sembramos, más allá del cedro
Lo que quedó en la tierra fueron plántulas. Lo que quedó en los corazones de los niños y niñas fue el asombro, la ciencia y la responsabilidad compartida de cuidar la isla.
Hoy los niños, niñas y adolescentes de San Andrés no solo sembraron cedros cimarrones; sembraron también el futuro de una comunidad que dialoga con la naturaleza y que reconoce en la ciencia una herramienta para la paz y la sostenibilidad.
👉 Esta fue apenas una jornada, pero es parte de un camino más largo que seguiremos construyendo desde EcoCulture. Porque sembrar árboles es sembrar futuro, pero sembrar curiosidad es sembrar libertad.
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